"Es imposible alcanzar los objetivos energéticos marcados por la Unión Europea para 2050 sin desarrollar una economía basada en el hidrógeno".
El hidrógeno a partir de renovables puede propiciar una mayor participación de la energía eólica y solar en los sectores eléctricos de todo el mundo. El exceso de potencia variable producida por proyectos eólicos intermitentes y solares puede enfocarse a la producción de hidrógeno y utilizarse en el transporte, la industria o la inyección de la red de gas. Utilizado de esta manera, el hidrógeno se convierte en una fuente de almacenamiento para la electricidad renovable, mantiene el sistema de energía flexible y ayuda a equilibrar la red.
• El hidrógeno ofrece la posibilidad de aprovechar recursos de energía renovable de alta calidad. A menudo, los mejores recursos solares y eólicos se encuentran lejos de los usuarios finales en las ciudades y los principales centros urbanos. El hidrógeno, una vez producido, puede ser transportado por tierra (como el gas natural licuado) como un producto global no restringido por las conexiones a la red.
• El hidrógeno puede aprovechar la infraestructura de energía existente. Hasta cierto punto, se puede inyectar en las redes de gas natural y reducir las emisiones de la infraestructura de gas existente.
• Alimentados por hidrógeno renovable, los vehículos eléctricos de célula de combustible (FCEV) ofrecen a los consumidores una conducción de baja emisión. Los vehículos con células de combustible pueden complementar a los vehículos eléctricos, superando las limitaciones de peso, alcance y carga asociadas con los primeros.
• El hidrógeno puede convertirse en un factor clave para un futuro del 100% de energías renovables. Para llegar allí, sin embargo, hace falta reducir los costes y esto solo es posible a través de economías de escala. Con políticas adecuadas y marcos regulatorios establecidos, se estimulará más inversión privada permitiendo que las tecnologías maduren, lo que se traduce en reducciones de costes.
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